miércoles, 5 de mayo de 2010

Lipgloss

No me extraña que parezcas tan delgada, si sólo te alimentas de brillo de labios y cigarrillos. Y peleas al final del día, cuando él le ha dado el resto a alguien con pelo largo negro. Todas esas noches allí dentro, desordenando la cama. Oh, nunca jamás quieres irte a casa. Y él te desea, así que lo mismo deberías salir a dar una vuelta un momento, llamar a tu papá por teléfono. Cambió de opinión el lunes pasado, así que debes irte el domingo, sí. Ya no te brillan los labios cariño. Ya no puedes hacer nada que le ponga cachondo. Algo va mal. Lo tuviste un tiempo pero ahora ha desaparecido. Y te sientes tan estúpida por reírte de los chistes malos y aguantar a todos sus amigos, y dar besos en público. ¿Qué van a decirte cuando vuelvan a tropezarse contigo? Que parece que tu estómago ha crecido y que tu pelo es una birria, y que tus ojos parecen agujeros en tu cara. Y llueve todos los días, y, cuando no, el sol te hace sentirte peor de todas maneras. Cambió de opinión el lunes... Aunque ya sabías que era imposible que durara para siempre, aun así te estremeciste cuando te dijo por carta que no quería verte. Casi perdiste la cabeza. Ya no te brillan los labios cariño...