Es inútil que te explique cómo soy,
nada va a cambiar si no es para peor,
no, no, creo que mejor me voy.
Ese niño que te intenta seducir
cada noche antes de irse a dormir,
¿sabes?, sé que no es feliz.
Y aunque parezca lo mejor,
soy un trozo de algodón
que siempre se empapa y pierde la razón.
Ya no puedo ni siquiera descansar,
ya no puedo ni siquiera ir a trabajar,
si pienso en tus palabras.
Porque son palabras llenas de color,
son palabras que me invaden el corazón
y no quiero borrarlas.
Y es que cada vez que dices que te vas,
yo te odio aunque sonría sin parar,
quién sabe dónde vas a estar.
Busco pistas por las calles donde sé
que a menudo alguien te ve tomando té,
qué chic sueles parecer.
Y aunque parezcas lo mejor,
(no, no, no lo eres, no)
porque sé que como yo,
tú también actúas y eso es lo mejor.
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